Tuesday, April 26, 2016

¿Qué esperar para la demanda habitacional en Chile? – Abril 2016

Las noticias de los últimas semanas acerca de la evolución de la ventas de viviendas han sido por un lado esperadas – sabíamos que el año 2015 había sido excepcional por el cambio en el IVA – pero por otro lado no nos dejan de impresionar con caídas de casi 50% en las unidades nuevas vendidas en el primer trimestre de 2016 versus el cuarto trimestre del 2015 y una caída de 18% versus el primer trimestre del 2015 de acuerdo a las cifras de GfK Adimark. Este ajuste podría llevarnos a una mirada excesivamente pesimista de cómo viene la demanda habitacional. En este contexto puede ser de interés considerar uno de los determinantes de más largo plazo de la demanda habitacional: la formación de hogares y su tamaño. Quien demanda una vivienda es el hogar y no las personas individuales y, por tanto, el proceso de formación de hogares es un determinante esencial de la demanda habitacional. En Chile no se publican regularmente las cifras de la evolución de hogares junto con las estadísticas demográficas. Se hace necesario recurrir a los censos – experiencias poco felices últimamente — o la encuesta CASEN que se hace cada tres años, y ahora cada dos, para tener una cifra de cuántos hogares hay en Chile y qué tamaño tienen.

La tabla 1 muestra la evolución de los hogares en Chile desde 2000 hasta 2013, usando la información de las encuestas CASEN. Varias cosas saltan a la vista. En primer lugar los hogares crecen bastante más rápido que la población. Entre 2000 y 2013 pasamos de 3,9 a 5,3 millones de hogares. Esto es un aumento de 35% en 13 años o el equivalente a una tasa de crecimiento promedio de 2,3% por año. La población creció sólo 14% en el mismo período (1% promedio por año). Los hogares crecen a más del doble de la velocidad a la que crece la población. Un segundo elemento destacable es la evolución del tamaño de los hogares. En 2000 el 77% de los hogares tenía tres y más personas; en 2013 esta cifra baja a 65%, mientras que los hogares de una y dos personas pasan del 23 al 36%. En estos casi 15 años y como se aprecia en las últimas columnas de la tabla los hogares de una y dos personas crecen en promedio al 6,2 y 5,6% por año mientras que en 2013 hay menos hogares de cuatro o más personas que los que había en 2000. Este grupo se está reduciendo. Adicionalmente hay un cambio de velocidad en los últimos años en la formación de hogares más pequeños, probablemente asociado a mayores ingresos que inducen esto. Se trata probablemente de hogares que dejan situaciones de allegamiento, y los hogares de una persona crecen a casi 10% entre 2011 y 2013.

Tabla 1. 

¿Qué esperar en los años que vienen? ¿Continuará este proceso? Hay algunas razones que hacen pensar que sí. Un elemento que es posible utilizar para estimar cuántos hogares habrá en los próximos años es la tasa de formación de hogares por grupo etáreo o de edades (el llamado “Headship-Rate”) y aplicarlo a las proyecciones de población que suelen ser bastante certeras, dado lo lento de los cambios demográficos. La tabla 2 hace un ejercicio sencillo de este tipo con los datos de la CASEN 2013 y las proyecciones de población 2015 de Naciones Unidas.

La primera parte de la tabla (primeras tres columnas) muestra la composición etárea de la población, el número de hogares para cada grupo y el tamaño de población. Así es posible calcular el “Headship-Rate” o tasa de formación de hogares por grupo etáreo. Por ejemplo, las personas hasta los 14 años no forman hogares. El grupo entre 15 y 29 años, con una población total de 4,2 millones de personas, formaba 398.000 hogares. Esto implica que la tasa de formación de hogares o Headship-Rate es de 9,4% en ese grupo etáreo. Uno de cada diez constituye un hogar. Esta cifra está encuadrada en el bloque derecho de la tabla. La tasa de formación de hogares es de casi 42% para el grupo entre 30 y 44 años y de 60% para el grupo de 60 y más años. Aquí más de la mitad de los hogares forma un hogar. Ahora es posible calcular cuántos hogares habrá si se mantienen las mismas tasas de formación de hogares, utilizando las proyecciones de población para los años 2020 y 2030. Por ejemplo, se estima que en 2020 habrá 4 millones de personas entre los 15 y 29 años y que este grupo será de sólo 3,8 millones en 2030. Esto debido a la baja en las tasas de natalidad. Con las Headship-Rates que habíamos obtenido podemos estimar que los hogares en esos años y para esos grupos etáreos serán 386 y 357 mil respectivamente. Haciendo esto para todos los grupos estimamos que en 2020 habrá 6,1 millones de hogares y 7,1 millones en 2030. Dado que quien demanda la vivienda es el hogar, necesitaremos hasta 2020 casi un millón más de viviendas y otro millón más hasta 2030, es decir, habrá una nueva demanda habitacional de aproximadamente 100.000 viviendas por año por los próximos 15 años. Los hogares crecerán al 2,2% por año hasta 2020 y al 1,6% hasta el 2030. Hay demanda habitacional todavía.

Tabla 2. 

Dos consideraciones adicionales: Sabemos que para todo el país habrá 3,1 personas por hogar en 2020 y 2,8 en 2030, lo que todavía es alto en comparación con países de la OECD. El ejercicio anterior podría completarse algo más si consideramos cuál será el tamaño de hogar promedio por grupo etáreo y estimar así qué tamaño de viviendas necesitaremos. Otro elemento adicional a considerar es la demanda por superficie. Sabemos que esta crece con el ingreso per cápita. Si éste sigue creciendo, aun cuando sea a tasas de más lentas que en los últimos años, las superficies demandas seguirán creciendo también. Por tanto, no sólo necesitaremos más viviendas sino que la superficie per cápita irá muy probablemente subiendo.

Esta mirada nos da una idea que los factores que determinan la demanda habitacional en el mediano y largo plazo seguirán jugando un papel importante y que la demanda de viviendas seguirá dinámica aun cuando en el corto plazo tengamos un ajuste por el boom del sector en 2015.