Felicito a Axel Kaiser por su nuevo libro. Una obra que
todos aquellos que están en el debate sobre el futuro de nuestro país debieran
leer. Kaiser defiende con mucha convicción y buenos argumentos sus ideas
liberales: menos estado, un estado más bien subsidiario, y que cada cual tenga
la libertad de buscar su propio destino, emprender, y ser así feliz. El libro
busca polemizar y lo hace muy bien. Se disfruta su lectura.
El libro se plantea como una respuesta al “El Otro Modelo”
publicado en 2013 por Fernando Atria, José Miguel Benavente, Javier Couso,
Guillermo Larraín y Alfredo Joignant. Hace un notable trabajo de desenmascarar
numerosas contradicciones. La principal de ellas es que el modelo chileno de los
últimos 40 años ha sido exitoso desde muchos ángulos, y sin duda desde el
económico, el país es más próspero y todos gozan de mejores condiciones de vida.
¿Qué sentido tiene entonces cambiarlo ahora?
Mi propósito aquí no es resumir el libro de Kaiser ni
detallar sus argumentos. Apoyo muchas de sus tesis y una mayor dosis de
liberalismo le haría muy bien a nuestras públicas. Sin embargo, hay algunas
cosas que me faltan en el libro y otras que pienso son erróneas. En ellas me
quiero centrar.
[1.] El libro no hace ningún diagnóstico de lo que ha pasado
y está pasando en Chile, de cómo ha cambiado el país y de qué necesita. Esto
hubiese sido fundamental para una mejor argumentación. “El Otro Modelo” no es
un texto que surja del vacío cósmico. Nace de una serie de problemas reales
que, en parte, son nuevos y, en parte, vemos con más claridad hoy que antes.
Dentro de esos problemas están la persistencia de la desigualdad de ingresos,
medida al menos con Gini (cuyo uso Kaiser critica fuertemente), la persistente
desigualdad de oportunidades (sobre la que Kaiser no dice nada), la experiencia
de abusos y fraudes en el mundo empresarial privado y los problemas del sistema
educacional chileno, tanto en la educación escolar como universitaria.
Al final del libro se proponen algunas ideas respecto de
esto pero Kaiser no le destina mucho espacio. Su argumentación está más en al
ámbito de las ideas pero la desconexión con un diagnóstico las hace difíciles
de digerir.
[2.] El énfasis en el modelo de libre mercado y sus virtudes
que hace Kaiser está bien pero nunca se mencionan las fallas de mercado, lo
cual permitiría, dicho sea de paso, hacerse cargo de varios de los puntos del
número [1.]. Los mercados fallan: a) en ausencia de suficiente competencia y
esto exige una regulación adecuada. El pequeño tamaño de la economía chilena,
hace que en muchos mercados no tengamos suficientes actores y falte competencia;
b) en presencia de asimetrías de información; aquí hemos visto casos
importantes en diferentes industrias chilenas. Un botón de muestra es la
exigencia de poner el costo anual equivalente (CAE) en las ofertas de crédito
bancarias o los problemas en el sistema de AFP y las sorpresas de algunos
frente al monto de sus pensiones; c) en presencia de externalidades. Aquí hay
abundantes casos en el mercado energético, inmobiliario, etc.
Mi diagnóstico es que aquí tenemos una gran falencia del Estado como ente regulador en presencia de fallas de mercado. Kaiser hace mucho hincapié en el rol subsidiario del estado y en que éste sea pequeño pero dice poco de su rol fiscalizador y regulador para asegurar que los mercados funcionen bien.
[3.] Kaiser señala en su libro el modelo liberal alemán
posterior a la Segunda Guerra Mundial que habría llevado a su crecimiento y
prosperidad. Especial mención se hace a Ludwig Erhard quien sin duda jugó un
rol clave en esos años. La principal obra de Erhard es el libro “Wohlstand für
Alle” (Bienestar para todos), publicado en 1957, y que sirvió de programa
económico de la Democracia Cristiana Alemana (CDU). El pensamiento de Erhard se
planteaba en plena Guerra Fría y en una época donde el Socialismo Alemán
promovía todavía (eso cambiaría más tarde) un sistema de planificación central.
Y la receta de Erhard es muy sencilla: competencia.
Ahora, por muy liberales que hayan sido las ideas de Erhard,
que lo eran, el título del libro suena más bien a igualdad! Los primeros
párrafos del libro señalan que lo se quiere son mejores condiciones de vida
para amplios sectores de la sociedad. No es liberalismo por liberalismo, aunque
pueda éste ser un buen instrumento, es mejorar las condiciones de vida de toda
la población. Kaiser tiene esto también en mente pero no es suficientemente
explícito. Esto hace su argumentación difícil de vender hacia amplios sectores
de la sociedad chilena.
Un último comentario respecto del modelo alemán. En
“Wohlstand für Alle” Erhard no dice absolutamente nada sobre educación y
capital humano. ¿Por qué? Esto no era un problema. Alemania tenía (y sigue
teniendo) una excelente educación escolar estatal gratuita y una muy buena
educación universitaria, también estatal y gratuita. Aquí hay una genuina
igualdad de oportunidades que Chile no tiene. Pienso que aquí Kaiser no hace
justicia a un elemento muy clave en el éxito del modelo económico alemán.
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